Está claro que tenemos que estar en Internet. Ya nadie se plantea no tener presencia en la red. Una vez superado el miedo a entrar, el drama no termina y empieza el pavor a no aparecer en los buscadores. Puedes tener una web preciosa y superútil que como no aparezca en la primera página de Google… ¡estás perdido!
El ser humano tiene un punto de exhibicionista natural. Nos gusta presumir de nuestros éxitos y con las redes sociales es más fácil que nunca. De ahí que haya que tener precauciones a la hora de gestionar perfiles en redes sociales.
Desde que llegamos a este mundo vamos forjando relaciones que requieren nuestro cuidado y atención. La relación con nuestros padres, hermanos e hijos, la relación con nuestra pareja, con nuestros amigos o con nuestros compañeros de trabajo. Son relaciones que, para que funcionen de manera sana y positiva, necesitan grandes dosis de transparencia y confianza.
Hemos hablado en un post anterior de cómo debe ser un líder en lo personal, claro que no buscamos solo una persona carismática y que caiga bien. Restpecto a las cualidades profesionales de un líder, necesitamos una persona con las cualidades personales de un líder, pero con las dotes profesionales que cabría esperar de una persona preparada para dirigir una empresa.