El poder del marketing sobre las fiestas nacionales

Si hay algo que caracteriza a España son sus fiestas. Nuestro calendario cuenta con el más amplio abanico de celebraciones, la mayoría de ellas con gran arraigo en la cultura tradicional. Sin embargo, cada vez es más frecuente adaptar a nuestra agenda otras muchas festividades procedentes de costumbres extranjeras. 

¿Tradición, diversión, industria, consumo?… Sin duda, la globalidad, mezclada con el marketing, tiene mucho que ver en este fenómeno, llegando en ocasiones, a sustituir algunas celebraciones locales

 

Algunos ejemplos

Halloween, de Estados Unidos

Todos conocemos esta fiesta de origen anglosajón. Las películas americanas han servido para popularizar esta celebración en la que los niños se disfrazan y piden golosinas. Sin embargo, Halloween es una fiesta de origen pagano. Tiene sus raíces en el antiguo festival celta conocido como Samhain, que significa “fin del verano” y se celebraba al finalizar la temporada de cosechas en Irlanda para dar comienzo al “año nuevo celta”, coincidiendo con el solsticio de otoño.

Fueron los emigrantes irlandeses los que lo llevaron a los Estados Unidos. Desde ese país ha saltado al resto de sitios donde se ha cambiado la connotación espiritual por una importante carga de comunicación y marketing que llena la noche del 31 de octubre de brujas, fantasmas o vampiros, así como una proliferación de calabazas en todos los formatos posibles.

Oktoberfest, de Alemania

La fiesta de la cerveza tiene su origen en la celebración de la boda del rey Ludovico I en 1810. Son cada vez más los puntos de España que entre finales de septiembre y principios de octubre, dedican varias jornadas a la algarabía en torno a esta bebida. 

marketing sobre las fiestas nacionalesHoli, de la India

También conocida como Joli u Holika. Se trata de un festival de primavera de origen hindú en el que los participantes visten de blanco. Sin embargo, sus ropas terminarán teñidas con miles de cenizas de colores que se lanzan a modo de celebración para festejar el fin del invierno.
Una vez más la adaptación que ha llegado a nuestro país deja de lado la parte más ceremoniosa y se centra en la más lúdica. De esta manera en nuestro país podemos disfrutar de reuniones y hasta carreras en las que nos lanzamos polvos de distintos tonos.

Papá Noel, de distintos países europeos

Difícilmente se imaginan los niños que los regalos que reciben el 24 diciembre tienen su origen en la figura del obispo griego Nicolás, venerado por los cristianos de la Edad Media. En su camino hacia el mito de Papá Noel se mezclaron escritores, dibujantes, confusiones lingüísticas hasta que, en torno a 1931, la multinacional Coca-Cola le dotó de su característico perfil cromático.

Sin embargo, no es el único icono extranjero que hemos adoptado en Navidad. Por ejemplo, el tradicional abeto tiene su procedencia en Alemania y los panettones, que cada vez son más comunes en las mesas durante esos días, son propios de Italia.

Otras celebraciones

No solo las famosas se han sumado al baby shower. Fiestas, generalmente sólo para chicas, por el futuro nacimiento de un bebé: regalos para la madre y el infante, todo en tonos blancos o pastel, con enormes tartas de gominolas y torres de pañales, alrededor de las cuales se ha creado toda una infraestructura comercial.

También hemos importado la celebración de los logros académicos con fiestas de graduación que incluyen trajes para ellos, vestidos largos para ellas, baile y protocolo.

Desconocido por la mayoría, el origen de las despedidas de soltero o soltera está en la alta Edad Media en Alemania. Una pareja de enamorados pidió permiso al padre de ella para contraer matrimonio, pero debido al humilde origen del novio, el progenitor no autorizó la unión y amenazó con desheredar a la joven. Sus amigas le organizaron una fiesta a fin de entregarle diferentes presentes con los que comenzar la vida en su nuevo hogar. Y de aquel gesto solidario a las excesivas celebraciones que tienen lugar hoy en día.

San Valentín procede del imperio romano, donde un sacerdote así llamado celebraba los matrimonios entre jóvenes que había prohibido el emperador Claudio. Allá por 1840 comenzaron a comercializarse las primeras tarjetas de felicitación, llamadas “valentines”. Hoy en día, alrededor del concepto de fiesta de los enamorados hay toda una industria consolidada.

Otro santo, Patricio, adorado en Irlanda o Gales, es también celebrado en numerosas ciudades españolas donde incluso tiene lugar un desfile multitudinario en honor al venerado irlandés llenando las calles de gorros de color verde.

Como puedes ver, hay varias tradiciones extranjeras que hemos adoptado los españoles. Hablamos del poder del marketing sobre las fiestas nacionales. Muchas de ellas son una excusa para pasar buenos momentos, pero otras están sustituyendo a las que había originalmente aquí. ¿Tú eres de los que están a favor de cualquier nueva influencia? ¿o eres de los que piensan que no deberíamos aceptar las costumbres de otros lugares?

Marian Mesonero
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