Queridos Reyes Magos,

Aquí estamos el equipo de Dédalo, una vez más, con nuestro ejercicio anual de ilusión. Y es que no queremos dejar de ser niños (he aquí la primera de nuestras peticiones de este año), nos gusta pensar que vuestra magia tiene el poder de traernos todos los regalos que os pedimos. No vamos a entrar en valoraciones, siempre subjetivas, sobre cómo nos hemos portado. Lo cierto es que hemos trabajado duro, poniéndole muchas ganas y entusiasmándonos con cada proyecto. Por cierto, gracias por todos los nuevos desafíos del 2015, hemos aprendido mucho y, en algunos casos, hasta hemos hecho nuevos amigos.

Pensamos que lo mejor de nuestra profesión es que nos brinda la oportunidad de comunicar buenas noticias. Deseamos que el próximo año venga repleto de ocasiones que nos conviertan en “Carteros Reales”. Abusando de vuestra generosidad, sabemos que esta petición no es fácil, os pedimos unos gestores de todo tipo (de lo privado o de lo público…) capaces de ilusionarnos con mensajes sensatos. (Nota: Si Vuestras Majestades detectáis alguno con estas necesidades nos los mandáis a Dédalo, que podremos echarles una mano).

En esta misma línea tenemos otra petición complicadilla: ahora que parece que hemos dejado atrás lo peor de la crisis, las compañías se topan de nuevo con la pertinaz burocracia y la falta de un marco estable para los negocios. En algunas ocasiones hemos observado la tentación de descargar sobre el departamento de comunicación gran parte de la responsabilidad de los próximos movimientos de la empresa. Esto, que no deja de ser un elogio hacia nuestra labor, no puede ser la solución a todos los problemas. La comunicación es un factor muy importante para implementar y sostener las decisiones de los directivos, pero no puede suplantarlas. Decía Séneca que no hay viento favorable para quien no sabe a qué puerto dirigirse. Así que, queridos Reyes Magos, os pedimos catalejos para avistar fondeaderos propicios cuando sopla la galerna de la inseguridad jurídica.

A algunos nos ha resultado más fácil especificaros lo que no queremos, cosas terribles que han pasado este año y otras que se repiten con cotidianeidad espantosa: No queremos más 13-N (ni 11-S, ni 11-M) #TodosSomosParis; ni más lucha racial #BlackLivesMatter; no queremos más crisis humanitarias #BienvenidosRefugiados; ni más psicosis #EstoyConAhmed, ni fomentar el calentamiento global #HoraDelPlaneta. Tampoco queremos más recortes en asuntos vitales como la educación o la sanidad, ley de dependencia #NoRecortes, ni desigualdades entre personas del mismo sexo #LoveWins. No más falta de honradez, injusticia, despotismo, ilegalidad, tiranía o abuso #NoaLaCorrupción, no más violencia de género #NoViolenciaGenero. Rectificamos, no queremos más violencia sea del tipo que sea. Sabemos que la lista es larga, pero estos ‘no queremos’ nos hacen mucha falta.

Deseamos que Europa recupere los valores que nunca debió perder y vuelva a ser el foco espiritual y cultural del mundo. Somos conscientes de que fácil, lo que se dice fácil, no os lo estamos poniendo, pero vosotros sois mágicos.

También nos hace falta tiempo, tiempo para cuidar y ponerle mimo a cada cliente, tiempo para estar con los nuestros y tiempo para estar con nosotros mismos, ratitos de soledad para divagar y arreglar el mundo y, por supuesto, oportunidades de un futuro mejor para todos en el ámbito que cada cual escoja. Ah, y tiempo para no hacer nada, tiempo para malgastarlo y simplemente respirar.

Nos gustaría mucho, muchísimo, que este año tuvierais un detalle especial con todas las personas mayores que tanto hicieron por nosotros y que ahora se encuentran solas. Llevadles mucha ilusión y cariño.

El año pasado os pedimos toneladas de ilusión y energía positiva, este año queremos que vuestros camellos vengan repletos de generosidad, tanta que podamos compartirla. Generosidad para escuchar activamente, generosidad para compartir nuestro tiempo (ese que os hemos pedido más arriba) sin prisas ni urgencias, generosidad para regalar sonrisas cuando las cosas se tuercen y no nos salen como queremos, generosidad también con nosotros mismos, para querernos mejor y darnos cada día la oportunidad de agradecer el regalo de la vida.

Dédalo
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