Hace unos días, Les Luthiers recogió en Oviedo el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. En su discurso, Marcos Mundstock destacó una idea brillante: el humor es comunicación. Algo que aunque nos pueda parecer anecdótico, todas las empresas deberían tener muy presente si quieren mejorar su estrategia de comunicación.
El humor, afirmó el locutor, actor y cómico Mundstock, “sea profesional o doméstico, más refinado o más burdo, oral, escrito o mímico, porque sea el que sea mejora la vida, permite contemplar las cosas de una manera distinta…, lúdica, pero sobre todo lúcida…, a la cual no llegan otros mecanismos de la razón”.
Generar empatía
Es cierto, el humor es un idioma que ayuda en la comprensión y por ello debe ser un eje a tener en cuenta en la comunicación empresarial. Esta forma de transmitir valores que dan identidad a una empresa no solo implica sacar una sonrisa a clientes y empleados, sino también generar empatía, un recuerdo positivo y hace que el receptor se sienta identificado y cómplice.
La risa como herramienta de comunicación es capaz de eliminar las barreras que los mensajes corporativos en ocasiones no consiguen. El humor logra crear un sentimiento de cercanía inigualable que puede ser utilizado por cualquier empresa desde el respeto. Lo más importante es tener claro el target al que nos dirigimos, ya que en mayor o menor medida, todas las empresas tienen un “margen para el humor”.
Para demostraros que el humor y la comunicación son dos grandes aliados, compartimos con vosotros algunos de nuestros casos favoritos en redes sociales que os pueden servir de inspiración:
Como dicen Les Luthiers, “el sentido del humor se aprende y se mejora con el tiempo». ¿Quién se anima a implementar el sentido del humor en su estrategia de comunicación?
Victoria de la Calle
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