Hemos destacado cinco y no siete porque tampoco es cuestión de fustigarnos nada más empezar el curso. Pensamos que estos son los errores más imperdonables en la tarea de comunicar. Se trata de los cinco pecados capitales del comunicador que tienen consecuencias inmediatas y repercusiones en el largo plazo.
1.- No engañes ni a tu cliente dándole falsas esperanzas ni a los periodistas contándoles milongas. Mentir vas a poder mentir una sola vez porque a la siguiente ya habrás perdido la credibilidad. Un intangible muy valioso y difícilmente recuperable. Siempre estarás bajo sospecha y eso es un hándicap insalvable para un comunicador.
2.- No dejes de atender peticiones. Si un medio de comunicación o un periodista te llama tienes que responder siempre, aunque sea para decirle que no puedes facilitarle lo que te está solicitando. Tu trabajo es ser puente y correa de transmisión entre los medios y las empresas. Quizás no puedas ayudarle en esa ocasión, o a esa hora concreta, pero ya sabes qué existe una necesidad que no se está cubriendo y así puedes trasladarlo a tus clientes.
3.- No seas snob, no hay medio pequeño todos son importantes para nuestro trabajo. Los pequeños medios, en ocasiones, llegan a un público más segmentado que puede ser sumamente valioso para los intereses de nuestro cliente.
4.- No exijas revisar todo. Puedes solicitar educadamente contrastar la información para asegurarte que no hay errores en lo que respeta a los datos que has facilitado al periodista. Normalmente, es el periodista el que lo hace porque es el primer interesado en que su artículo no contenga incorrecciones. Deja trabajar a los periodistas, igual que no cuestionas al cocinero cuando vas a un restaurante o te metes a decirle al mecánico como cambiar la correa de distribución de tu coche, no desconfíes de la profesionalidad de tus colegas.
5.- No improvises, ni siquiera los más experimentados portavoces curtidos en mil batallas lo hacen. Debes pararte y reflexionar, tener claros los mensajes y las implicaciones derivadas de estos. Los comunicadores debemos conocer bien la empresa a la que representamos y recordar que estamos hablando en su nombre y no en el nuestro. Una vez recibida y trasladada la petición al cliente es importante dedicar un tiempo a pensar, que nos pagan por ello!! No solo por ser meros ejecutores-trasladadores de información. Pero recuerda los tiempos, han de ser aceptables para el profesional que nos hace la solicitud.
¿Vosotros que pensáis? ¿Son estos nuestros errores más graves como comunicadores o hay otros? Os invitamos a añadir más pecados en comentarios.
Aurora Echevarría
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