¿Síndrome postvacacional en tu empresa? Usa la comunicación

Los “expertos” no se ponen de acuerdo en su calificación, síndrome o depresión, e incluso hay quien discute su existencia (¿de verdad?). Pero lo cierto es que es llegar septiembre con la temida vuelta al cole y todos somos víctimas, en mayor o menor medida, de cierto bajón (bajonazo o incluso abismo en ciertos momentos). El llamado síndrome postvacacional se refiere a la ansiedad o presión emocional que debemos afrontar al readaptarnos a las tareas laborales,  a la maldita y bendita rutina, después del período de vacaciones. Más que una enfermedad es un proceso adaptativo que para muchos puede resultar difícil. Por no ir más lejos con los ejemplos, en mi caso, el coste de la adaptación se traduce en herpes y migrañas.

En algunos casos, la presión de la vuelta al trabajo llega a ocasionar verdaderos cuadros de estrés agudo con todas sus manifestaciones: malestar, ansiedad, depresión, cambios de humor, palpitaciones, disminución del rendimiento, sudoración, etc. Afortunadamente son los menos y pasados los primeros días las vacaciones son un recuerdo difuso, casi irreal, y una promesa que alcanzaremos tras un nuevo curso escolar. Nos remangamos y nos sumergimos, eso sí, poco a poco, respetando un periodo adaptativo, en la realidad. Y es precisamente esa realidad, o el modo en que la percibimos, lo que dificulta o facilita la superación de nuestra “depre” postvacacional.

fotonoticia_20120911105730_800Estudios realizados en distintos países han puesto de manifiesto que quienes encuentran algún tipo de realización personal en su trabajo, aquellos que le otorgan un sentido por sí mismo, que le dan un valor creativo y que, por tanto, mantienen una actitud proactiva y positiva superan en pocos días “ese periodo de las tinieblas”. Por tanto, con independencia de que a nivel personal sigamos los consejos que los expertos nos recomiendan cada año: vuelta progresiva, dormir adecuadamente, mantener horarios regulares… las empresas y sus políticas de gestión de las personas son las que más pueden ayudarnos.

Mantener una actitud positiva e ilusionante con respecto a nuestro trabajo no depende solo de nuestro empeño individual. De nada sirven los voluntarismos y el esfuerzo personal si nuestro entorno laboral es tóxico o ignora y desprecia nuestras ilusiones.

Es difícil abordar el nuevo curso escolar cuando sentimos que nuestro trabajo no es apreciado, cuesta más adaptarse a la rutina y comprometerse con los desafíos de la empresa cuando desconocemos el valor de nuestra aportación a la consecución de dichos retos. La comunicación, en este caso lo que conocemos como comunicación interna, es de nuevo una herramienta de gestión eficaz que nos ayuda a crear un clima laboral positivo y motivador. Pero, como hemos repetido siempre que tenemos ocasión, es importante no improvisar y contar con un Plan Estratégico de Comunicación Interna que contemple todos los escenarios.

La vuelta a la “normalidad laboral” no debería suponer más que un trastorno pasajero, fácilmente superable para quienes encuentran en su entorno laboral actividades creativas e incentivadoras.  Hay infinidad de pequeños detalles sencillos de implementar que ayudan a superar la añoranza de los días sin horario, por ejemplo, no empezar la actividad de modo brusco e intenso. Es beneficioso permitirse un tiempo para compartir las experiencias vividas durante las vacaciones con los compañeros y así crear un buen ambiente de inicio.

Mantener reuniones relajadas para definir y detallar los objetivos del nuevo período, o compartir las expectativas con el  equipo son líneas de trabajo que un buen Plan de Comunicación Interna debe contemplar. La empresa, no lo olvidemos, es una gran conversación. Que esa conversación favorezca la consecución de los objetivos empresariales es posible con la estrategia y las herramientas adecuadas. De verdad, mis herpes mejoraron rápidamente después de una sesión de compartir anécdotas y dulces en nuestra cocina, más conocida como sala de terapia.

Dédalo Comunicación casi al completo en una de las sesiones de «cocina terapia». Nos encanta compartir estos momentos con nuestros vecinos de Alcubo Publicidad y Youzz, la vida sin ellos sería más dura.
Beatriz Ferrín
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