No es mágico. Ni inmediato. Ni gratis. Tampoco es fácil de conseguir. Sin embargo, se puede cambiar la cultura empresarial. Y si la actitud de los colaboradores de la empresa no está en línea con la estrategia de negocio, es necesario hacerlo para dar coherencia a la empresa.
En un contexto donde la diferencia entre una empresa y otra ya no pasa por los productos o servicios que ofrecen, lo que cambia es la propuesta de mundo, simbólico claro, al que nos invitan a pertenecer. Y los primeros que tienen que creer en ese mundo propuesto son los miembros de la organización: los empleados. Porque, los trabajadores, no sólo son los primeros clientes y los portavoces naturales de la empresa, sino que son también ni más ni menos que los protagonistas de ese mundo y los que pueden generar el cambio cultural esperado.
No vamos a descubrir la pólvora, pero lo hemos comprobado en varios procesos: empleados motivados, contentos, que no sólo hacen su trabajo sino que entienden su valor dentro de la empresa y saben hacia dónde van, hacen realmente la diferencia.
El tema da para largo. Pero podemos resumirlo en cinco claves para el cambio de cultura empresarial:
- Idea. Contar con la convicción y el apoyo de la dirección. Es necesario para darle continuidad y respaldo al proceso.
- Equipo. Sumar a los jefes y mandos medios, implicándolos en la realización de actividades de integración con sus equipos. Si ellos no irradian actitud de cambio, es muy difícil que los trabajadores crean que es posible.
- Participación. Los empleados no son el público destinatario sino los protagonistas del cambio. Tienen que subirse voluntariamente al proyecto y vivirlo en su día a día generando un movimiento ascendente.
- Identificación. Es importante ponerle nombre al cambio, o definir los pilares o valores en que se apoya, para que todos puedan identificarse con esos conceptos y entender hacia dónde se busca evolucionar.
- Celebración. Como los procesos de cambio cultural son largos, es importante celebrar los objetivos que se van logrando. Esto redundará en una mayor implicación de todo el equipo.
Nadie dijo que fuera fácil, lo que podemos asegurar es que el resultado merecerá la pena. La cultura empresarial debe ser un reflejo real de la empresa.
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