Los «Foodies» ¿una nueva tribu urbana?

Que la gastronomía está de moda no es ninguna novedad. Basta con echar un vistazo a la televisión y dejarnos llevar por los numerosos programas, realities y concursos de cocina, muchos de ellos guiados por algunos de nuestros chefs más laureados, para darnos cuenta de que hasta la parrilla televisiva ha sucumbido ante semejante tentación.

Y que en España nos gusta comer (y beber), tampoco es nada nuevo. Contamos con una materia prima excelente, que unida a las manos, paladar e imaginación de nuestros cocineros, han conseguido colocar a la gastronomía nacional en el pódium de los vencedores. Además, se ha logrado exportar con éxito un concepto sumamente atractivo para los extranjeros: la tapa.

Con estos ingredientes no es de extrañar que los amantes del buen yantar unieran su pasión por la gastronomía con las redes sociales, dando lugar a un nuevo movimiento: el foodie. ¿Quién no ha fotografiado ese plato de chilaquiles rojos, por poner un ejemplo, que tanto le llamó la atención? ¿o la última variedad de cerveza elaborada con maíz degustada en ese local de moda? Que levante la mano quien no lo haya subido a su red social para comentarlo.

Los foodies, esa tribu urbana

los foodies una nueva tribu urbanaAunque en Estados Unidos y Gran Bretaña ya se hablaba de foodies a mediados de los ochenta, por estas tierras se ha empezado a acuñar el término desde hace pocos años (casi los mismos en los que hemos descubierto que la gastronomía es lo más “in”). Y lo que comenzaron como meros comentarios de los más cocinillas sobre la inauguración de un restaurante, la pastelería que prepara los mejores macarons de la ciudad o ese plato tan bien hecho descubierto en su última expedición gastronómica, se ha convertido en una tendencia que cada vez cuenta con mayor número de adeptos y seguidores.

Todo foodie que se precie se caracteriza por:

  • la búsqueda continua de aventuras alimentarias y sensoriales,
  • predisposición a probar cosas nuevas,
  • acudir a locales recién inaugurados,
  • experimentar con el paladar
  • y, ante todo, transmitir su criterio. Porque llegados a este punto, hay que señalar que una de las necesidades vitales de todo foodie es volcar sus opiniones y fotografías lo antes posible en redes sociales. Digamos que es su forma de compartir lo que tienen en el plato.

El movimiento foodie se ha convertido en un estilo de vida. Se habla de foodies como si de una nueva tribu urbana se tratase. Su influencia está empezando a sentirse en un mundo que siempre estuvo muy limitado por los expertos gourmets o críticos gastronómicos. Hasta ahora, sus recomendaciones se han basado en exquisiteces demasiado sofisticadas para el paladar del ciudadano de a pie, mucho más acostumbrado a tratar los asuntos sobre viandas de una forma sencilla, más de “andar por casa”.

La valoración del foodie  es mucho más cercana. Muy lejos de considerarse profesionales, son meros aficionados que se dejan llevar por su entusiasmo culinario. El foodie ama la comida y conoce todo lo que puede de su entorno sin caer en la alta cocina o los productos selectos de los sibaritas o gourmets. El foodie quiere probar y para ello necesita informarse, dedicar tiempo y sobre todo, paladear, sin necesidad de gastarse cantidades astronómicas en ello.

Disfrute del foodie. ¿Comida o likes?

El verdadero foodie entiende de cocina, sabe cocinar y algunos ¡hasta lo hacen bien! (hay que recordar que criterio no les falta). No debemos confundirles con aquellos que se dedican a fotografiar todo lo que se comen y son hiperactivos en  blogs, instagrams, twitters, pinterests, etc., sin ni siquiera saber distinguir una lima de un limón.

Es por ello, (o quizá a causa de esa segunda especie) que en un momento en el que la nomofobia y el phubbing están en boca de muchos al considerarse como las nuevas adicciones del siglo XXI (ambas relacionadas con la atención que se presta al teléfono móvil), algunos se preguntan si el foodie disfruta más con lo que come o con el placer que experimenta al comprobar su número de seguidores, retuits o “me gusta”. Un buen tema para tratar en otra ocasión, por el momento hay que reconocer que el auge que está experimentando la gastronomía, y todo lo relacionado con ella, es imparable.

Nos reiteramos, la gastronomía y, por ende, la cultura foodie, está de moda. ¿Cuánto durará esta tendencia? No lo sabemos, pero creemos que está recién estrenada. Y, de momento, los amantes del buen comer la vamos a disfrutar plenamente. Bienvenidos foodies, esa nueva tribu urbana.

Marian Mesonero
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