No dirás que no te he avisado. Si has querido leer este artículo después de ver el título, ya sabes a lo que vienes. Vamos a hablar de expresiones ofensivas si tienes la piel muy fina y si no has comprendido, como explica aquí Álex Grijelmo, que “las palabras solo adquieren su verdadero sentido cuando las activa un contexto”.
Y es que las mentes creativas de hoy se ven en la tesitura de tener que darle al coco doblemente porque parte del público se queda en lo superficial de la lengua, en lo literal, y no acepta que algunas expresiones tienen sentidos figurados y que, por el propio uso, han perdido hoy esa intención denotativa que tenían hace años o incluso siglos.
Te voy a contar de dónde vienen algunas de esas expresiones ofensivas, una racista, otra homófoba y otra sexista y, al final, te dejaré con una conclusión. ¡Al toro!
Mi entorno utiliza dos expresiones racistas con frecuencia: la «boda gitana», para celebraciones que duran varios días, y la «merienda de negros», para describir los debates de la tele, por ser desordenados, confusos o caóticos. Se dice que el origen de esta última podría estar en la Guinea Española (ahora Guinea Ecuatorial). A principios del siglo XX eran muchos los españoles peninsulares blancos que se desplazaban a la colonia africana y les llamaba la atención cómo los españoles negros, tras una durísima jornada de trabajo, se reunían para comer, cambiar opiniones y cantar y bailar al ritmo de tambores. Un jolgorio en toda regla que empezaron a llamar «merienda de negros» por la hora y por el obvio color de los participantes de la fiesta —y seguro que también por envidia.
Palabras ofensivas
Vamos con la palabra homófoba por excelencia, que además dio mucho que hablar a raíz de la polémica en Operación Triunfo: «marica, mariconada o mariconez». Yo esta última se la escuché por primera vez a Mecano, pero no aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, sin embargo he intentado buscar el origen de «marica» y me he llevado una sorpresa. Para empezar, es una palabra muy antigua —ya aparece en diccionarios en 1600 para designar a una persona cobarde y fácil de manejar. Por lo visto, «marica» aludía en su origen a un títere o muñeco de trapo que se maneja con hilos y, en un principio, no tenía nada que ver con la homosexualidad. Esa acepción parece tardía (en 1984 se incorpora al DRAE) y documentalmente parece latinoamericana. Hoy en día «mariconada» es sinónimo de «bobada, estupidez o tontería».
Para terminar, «nenaza», que el DRAE define como un «varón afeminado» y «cobarde». Carme Chaparro apunta en un artículo para El Mundo que a menudo se utiliza lo femenino como algo negativo, como un insulto, como ofensa, como algo pernicioso. De todos modos, si bien la mentalidad machista subyace en la lengua española muy habitualmente, encontrar un modismo o giro idiomático con la carga denotativa de los anteriores no me ha resultado nada fácil. Te invito a que me dejes todos los que se te ocurran en los comentarios.
Significados diferentes
Mi conclusión de todo esto es que sí, hay muchas expresiones con orígenes racistas, homófobos o sexistas en español. También hay muchas que proceden de la tauromaquia o del contexto naval. Las lenguas beben de todo tipo de fuentes para crear nuevas expresiones y palabras, pero estas se van desarrollando con el tiempo y van mutando. El mismo significante se va dejando significados por el camino y cuando llega a nosotros cobra un sentido totalmente nuevo. Del mismo modo que antes un «villano» era el habitante de una villa y ahora es el enemigo de Supermán, Batman o Ironman, la «merienda de negros», la «mariconada» y la «nenaza» designan ahora realidades diferentes y no deberían juzgarse por sus significados pasados como expresiones ofensivas.
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