Después de Facebook, Twitter, LinkedIn, Instagram, Pinterest, TikTok, Youtube, Snapchat… ¿Hay espacio para más plataformas sociales? La respuesta es sí, a la vista del boom que está viviendo Clubhouse en las últimas semanas. El audio-chat en directo que pusieron en marcha Paul Davison y Rohan Seth en marzo de 2020 cuenta con más de dos millones de usuarios activos a la semana, según sus creadores. Y sigue subiendo a ritmo vertiginoso … a pesar de que sólo se accede por invitación y sólo está disponible para IOS, sistema operativo de Apple (de momento).

Con la voz como protagonista, Davison y Seth apostaron por construir una app en la que se habla, se escucha, se modera y se aprende. Sin cámaras, sin mensajes escritos… Clubhouse está formado, esencialmente, por salas (rooms) a las que entras para charlar con amigos o personas con intereses afines, para asistir a una conferencia o un show.
“En vez de escribir algo y dar a enviar, te metes en una conversación de ida y vuelta con los demás. La entonación, la inflexión y la emoción que se transmiten por la voz permiten captar matices y establecer conexiones exclusivamente humanas”, explican los padres de la idea al detallar el origen de la plataforma, que viene acompañada de unas normas de conducta muy claras.
Davidson y Seth confiaron en el poder de la voz y se guiaron por una máxima: “crear algo donde pudieras cerrar la app al finalizar la sesión sintiéndote mejor que cuando la abriste porque habías consolidado amistades, conocido gente nueva y aprendido”. Antes ya habían probado a dar forma a otros ‘productos sociales’. Éste, sin duda, ha sido un súper éxito.
El porqué del éxito del club
Las diferencias con otras redes sociales han convertido a Clubhouse en objeto de deseo de los inversores en Silicon Valley. Actualmente su valoración alcanza los 1.000 millones de dólares-10 veces más del valor de hace unos meses-, según los datos que se conocieron a finales de enero cuando cerró una ronda de financiación ‘serie B’, que lideró la compañía de Venture Capital Andreessen Horowitz (a16z).

Aunque no se desvelaron datos de la operación , Davidson y Seth compartieron con sus seguidores que detrás de Clubhouse hay más de 180 inversores de diferente tamaño. Uno de los socios de a16z, Andrew Chen, subrayaba el potencial de esta red que “aumenta la empatía y ofrece a las personas nuevas formas de comunicarse entre ellos (en un momento en el que se necesita más que nunca).
Chen también destacaba que Clubhouse “es lo contrario a un videoclip o una publicación corta porque premia el debate y la exploración”. Además, permite a sus usuarios realizar varias actividades a la vez y no estar pegado a una pantalla del tamaño que sea.
El éxito de la plataforma también se mide en términos de ‘celebrities’ participantes. A través de estas ondas digitales han intervenido, entre otros: el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg; el actor Ashton Kutcher; o el cofundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk. Este último abarrotó una sala –cuya capacidad máxima es de 5.000 escuchantes– hace tan solo unos días en una especie de late-night show
Cada vez hay más usuarios conversando, salas por las que dejarse caer y clubs a los que ‘apuntarse’ en todo el mundo. También se pueden crear previa solicitud a la plataforma. Todo ello, de manera gratuita y sin publicidad. ¿Dónde está el negocio entonces? Se preguntarán algunos. Para la última ronda de financiación, Davidson y Seth dieron a conocer sus planes para monetizar la app. Prevén invertir en los creadores de clubs, que “son el alma de Clubhouse”, para que reciban pagos. En los próximos meses probarán nuevas funciones como suscripciones, venta de tickets, propinas… Sostienen que si monetizan los usuarios, monetiza la compañía.
El boom nacional de Clubhouse
En España, donde el fenómeno ha despegado recientemente, la mecha de Clubhouse ha prendido, especialmente, en el campo del marketing. Ya existe el primer club de marketing hispano con 6.600 miembros e históricas publicaciones de este sector como Marketing Directo organizan sesiones semanales sobre diferentes temas. Y poco a poco se van uniendo más profesionales de otras áreas como deportes, cocina, viajes, periodismo… Hace unos días tuve la oportunidad de unirme a la red gracias a la invitación de una amiga. Desde entonces no he parado de curiosear por sus salas y unirme a varias charlas como escuchante y en algunas participante. Y, sí, engancha.
El potencial de la red está servido con sus virtudes, defectos y riesgos. Por lo pronto, China bloqueó el acceso a la plataforma a principios de semana en un intento de silenciar los micrófonos digitales de los usuarios chinos en las salas de la plataforma.
Carolina Martín
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