Desde que llegamos a este mundo vamos forjando relaciones que requieren nuestro cuidado y atención. La relación con nuestros padres, hermanos e hijos, la relación con nuestra pareja, con nuestros amigos o con nuestros compañeros de trabajo. Son relaciones que, para que funcionen de manera sana y positiva, necesitan grandes dosis de transparencia y confianza.
En su entorno laboral, los profesionales de la comunicación se encuentran con otro tipo de relación que no deben descuidar: esa que mantienen a diario, a través del cara a cara, de llamadas y de emails, con los periodistas. Comunicadores y periodistas se necesitan y complementan por igual. Los comunicadores deben ejercer de fuente de información y no de barrera. Mientras que los periodistas, por su parte, han de comprender el enfoque y el punto de vista de la empresa.
Según el Manual de buenas prácticas en la relación entre comunicadores y los periodistas, elaborado por Dircom y la Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación (ADECEC), la profesionalidad es un factor indispensable. Debe ser el punto de partida para el entendimiento y la ejecución de buenas prácticas. Además el manual proponen cinco actitudes básicas: respeto, compresión, colaboración, honestidad y cultivar el aspecto humano.
No consiste solo en mantener el trato amable y las buenas maneras, que también. Sino en ponerse en los zapatos del otro y conocer la labor de ambos para poder conseguir un beneficio mutuo. El profesional de la comunicación debe entender que un periodista recibe una gran cantidad de llamadas y correos a diario. Por tanto, si quiere que su contenido tenga cabida en los medios, no basta con enviar una nota de prensa que quede enterrada entre una docena de emails. Si quiere adquirir la visibilidad que desea, tiene que ofrecer un contenido noticiable, atractivo y que capte la atención de su receptor. ¿Y cómo puede hacer eso? Contando una historia.
El storytelling es el arte de contar historias. Es transmitir mensajes, valores y emociones, es aportar un contenido útil a quien lo lee, lo escucha o lo ve. Como apuntan Dircom y ADECEC, al periodista no le interesa una marca, sino una idea novedosa y un contenido relevante.
Por otro lado, aunque nos encontremos en la era del WhatsApp, los emails y las llamadas, es importante no olvidarnos de la cercanía y del trato personalizado. Para fortalecer la relación entre comunicadores y periodistas es necesario poner cara, nombre y apellidos a esa persona que está al otro lado del teléfono. Hacerle ver nuestro interés en trabajar juntos y colaborar para transmitir una información transparente y relevante.
Silvia Resola
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