Discriminación mediática, la otra cara de la guerra

«Es muy emotivo para mí porque veo cómo matan a europeos con ojos azules y cabello rubio”. Estas fueron las palabras del ex fiscal general adjunto de Ucrania, David Sakvarelidze, durante una reciente entrevista con la BBC sobre la invasión de Rusia a Ucrania.

Lo peor de esta declaración es lo que lleva implícita: que no todas las vidas tienen el mismo valor. O, dicho de otra forma, que algunas razas son superiores a otras. Queridos lectores, dejadme recordaros que esta idea es la base donde se asienta el racismo. Y no sé para vosotros, pero para mí resulta alarmante que Sakvarelidze no fuese cuestionado durante su entrevista.

No ha sido el único. Varios comentarios salpicados de prejuicios raciales vomitados por periodistas y entrevistados en medios de prensa occidentales nos sorprendían durante los primeros días del conflicto bélico. Lo cual me lleva a dos conclusiones:

  • que persiste una vena de intolerancia a lo largo y ancho del planeta que hasta los propios medios de comunicación se encargan de transmitir
  • y que este hecho sirve para legitimar aún más la deshumanización de las personas que no son blancas, especialmente de aquellas que sufren los conflictos.

Lo triste es que estos comentarios surgieron de manera tan casual y espontánea que revelaron, cuanto menos, ese sesgo racista inherente a quien los emitía (y, por ende, a quién no los cuestionó). Algo que no esperaríamos de la imparcialidad que se supone, debe de tener un periodista.

Para muestra un botón

La corresponsal de ITV News, Lucy Watson, transmitió este sentimiento (subyacente en muchos medios de comunicación), al apuntar: «Lo impensable ha sucedido… esta no es una nación en desarrollo del tercer mundo. ¡Esto es Europa

Llamadme tiquismiquis pero según lo que esta periodista señala, las «cosas impensables» solo pueden ocurrir en las «naciones del tercer mundo». ¿No es para preocuparse? Por cierto, alguien debería decirle a Lucy que eso del ‘tercer mundo’ es un calificativo que no solo está desfasado sino que es peyorativo.

No se vayan todavía, que aún hay más…

Un alto corresponsal extranjero de CBS News, Charlie D’Agata, se disculpó el domingo después de afirmar a la ligera que el ataque a Ucrania no se puede comparar con las guerras en Irak y Afganistán porque el país de Europa del Este es más “civilizado”.

Al Jazeera English también se vio obligada a disculparse después de que su presentador, Peter Dobbie, dijera durante una transmisión del domingo: “Lo que resulta conmovedor es mirarlos, la forma en que están vestidos. Estas son personas prósperas de clase media. No se trata de refugiados obvios que intentan escapar de Oriente Medio o del Norte de África. Son como cualquier familia europea que podrían vivir a tu lado”.

Más perlas: en BFM TV, el principal canal de noticias de Francia, se oían estos argumentos: “estamos en el siglo XXI, en una ciudad europea, y vemos pasar misiles crucero como si fuera Irak o Afganistán”.

Se parecen tanto a nosotros. Eso es lo que lo hace tan impactante. La guerra ya no es algo que afecta a las poblaciones empobrecidas y remotas. Le puede pasar a cualquiera”, escribió Daniel Hannan en The Telegraph.

Mientras, una visiblemente afectada reportera añadía desde Polonia: “No son refugiados de Siria, son de Ucrania. Son cristianos, son blancos. Son muy parecidos a nosotros”.

Tan parecidos a nosotros

Y así siguieron decenas de comentarios racistas y clasistas que solo mostraron compasión cuando las víctimas de las que hacían referencia eran (dejadme utilizar la frase más repetida), ‘tan parecidas a nosotros’. Sin darnos cuenta, todas estas declaraciones quitan importancia a los muertos de otras partes del mundo.  Y sin darnos cuenta también, olvidamos eso de que todas, absolutamente todas las vidas importan.

Deberíamos de aprender que un refugiado, venga de donde venga, este huyendo de una guerra, del hambre, de violaciones, de la discriminación o de la falta de libertad, es un ser humano que tiene sus derechos como cualquier otro.

Por cierto, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó, en julio de 1993, la Resolución 1.003 sobre Ética del Periodismo. Entre las obligaciones de los periodistas se encuentra ‘la defensa de la dignidad humana y la igualdad entre las personas’. Que no se te olvide, periodista.

Doblemente afectada

Este relato racista sobre la cobertura de la invasión a Ucrania no hace más que normalizar la terrible situación que viven determinados países como Yemen, Haití, Etiopía, Mozambique, Israel, Palestina, Uganda y Myanmar, entre otros. O los recientes golpes en Mali, Chad, Guinea, Sudán, Burkina Faso y Guinea Bissau, por poner algunos ejemplos.

Es decir, que tenemos un enorme elefante rosa en el salón y algunos siguen sin verlo. Qué queréis que os diga, a mí, esta capacidad de ignorar algunas realidades me escuece doblemente: tanto por estar profesionalmente ligada con el mundo de la comunicación, como por estar al frente de un proyecto de ayuda en África.

Haz clic aquí para ver algunos ejemplos de algunos de los comentarios desafortunados producidos durante los primeros días de cobertura mediática de la invasión a Ucrania.

Marian Mesonero
Últimas entradas de Marian Mesonero (ver todo)
Muchas gracias por leernos. Si te ha gustado puedes compartir
Este sitio web utiliza Cookies propias y de terceros de análisis para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios, así como para el análisis de su navegación. Si continua navegando, supone la aceptación de la instalación de las mismas. El usuario tiene la posibilidad de configurar su navegador pudiendo, si así lo desea, impedir que sean instaladas en su disco duro, aunque deberá tener en cuenta que dicha acción podrá ocasionar dificultades de navegación de la página web   
Privacidad