Contenidos a la carta

Los contenidos son los reyes de internet y como especialistas en comunicación debemos esforzarnos en dotarlos de interés y, por supuesto, de la calidad que merecen los usuarios. Esta idea está clara, interés y calidad deben de estar presentes en nuestros mensajes, pero el problema viene en el siguiente paso cuando tratamos a todos los usuarios por igual.

Cada lector, espectador u oyente busca un tipo de contenido y, una vez que lo encuentra, necesita que el lenguaje le resulte amigable y le sea afín, de forma que se genere la cercanía necesaria para hacerlo suyo. Lo estamos viendo en la actualidad política y el debate de si corbata sí o no, buscando que el lenguaje, no verbal en este caso, resulte cotidiano y acorte distancias. Los detalles cuentan y en el caso de atraer a públicos diferentes, aún más.

Claro que, no computa únicamente a quién nos dirigimos sino también en que entorno nos movemos o cuál es el escenario en el que nuestro mensaje va a ser descodificado. No nos dirigiremos igual a un joven de 30 años en un programa generalista que en un periódico especializado en economía. Debemos adaptar el tono a nuestro usuario pero sin olvidarnos del canal y del contexto.

Cambia el formato, pero la esencia es la misma

Llevamos años oyendo que las notas de prensa están muertas, cuando posiblemente lo que ocurre, en muchas ocasiones, es que están mal hechas y por eso no resultan de utilidad al periodista, porque no le ayudan en su labor. Es cierto que el formato ha cambiado, que ahora se pueden incluir recursos de audio/video que las enriquecen y facilitan la labor a los medios audiovisuales, pero la esencia de la herramienta es la misma.

Lo importante es acertar con el contenido, que sea de interés, o venga a cubrir una necesidad concreta, que esté bien estructurado, bien hilado, que sea sólido y coherente. Y por supuesto, también hay que acertar con los tiempos y con la puesta en escena. La personalización, el contenido a la carta, va más allá de la nota de prensa, porque todo forma parte del mensaje.

También cómo nos comunicamos comunica. Son muchas las ocasiones en las que una elección errónea del momento descalifica esos contenidos en los que tanto nos hemos esforzado. Los que nos dedicamos a la comunicación debemos tener presente que si nuestro mensaje no ha llegado al receptor la causa, o las causas, debemos buscarlas siempre en el emisor.

Aurora Echevarría 

Dédalo
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